lunes, 11 de marzo de 2024

La existencia de Dios


 


Antes de comenzar a tratar sobre la existencia de Dios, quisiera que recordaramos que somos hombres finitos, limitados a esta humanidad. De manera que es imposible decir todo, puesto que en el Señor y en Su palabra encontramos insondabilidad. Es por esto que debemos tener en cuenta que todos y cada uno de los asuntos del Señor son insondables, nosotros podemos intentar profundizar en ellos, pero jamás vamos a llegar al fondo; es por eso que debemos ser honestos y sinceros, y decir que lo que podemos postular y tratar sobre el Señor es un conocimiento progresivo. Es así porque el conocimiento que tenemos y vamos adquiriendo del Señor va en aumento en lo que vamos comprendiendo acerca de Él, mediante la asistencia del Espíritu Santo. No podemos saberlo todo y en detalle, pues estamos limitados por nuestra humanidad y fragilidad, porque tenemos una mente finita; por eso tiene que ser progresivo, el Señor va dándonos diariamente Su pan, nos va dando día a día cosas a entender, para que nosotros podamos ir avanzando en todo esto, y así, en toda área de la esfera de la vida cristiana.


El Dios de la Biblia ha estado dandonos comprensión e iluminación desde el principio del mundo, respecto a lo que ha revelado de Sí mismo a través de los siglos. Y aun cuando existen un centenar de libros ─escritos a través de la historia─ en los que se explican cualidades, esencia y naturaleza de Dios, Su conocimiento nunca se acabará, sino que siempre habrá más que profundizar, siempre. De esta manera, quisiera decir que muchas cosas que compartiré contigo en este breve artículo son las que he podido aprender, gracias al Señor, durante este año cursando Teología, la Doctrina de Dios. Y lo que intentaremos hacer al acercanos a la Teología es arrojarnos al mar infinito del conocimiento y entendimiento de Dios, para nadar en él, profundizar, aunque nunca toquemos el fondo.


Quisiera, entonces, que comenzaramos hablando sobre el «Yo Soy« y la existencia.

«Yo Soy» y la existencia

Vamos a leer un pasaje de las Escrituras y, luego, vamos a leer una definición de la palabra existencia. Leamos Éxodo 3:13-14. Usaremos dos traducciones de la Biblia. Dice así:

13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? 14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. (Reina Valera 1960).

Ahora, leamos otra versión:

13 Dijo Moisés a Ha-Elohim: Cuando vaya a los hijos de Israel, y les diga: El Elohim de vuestros padres me ha enviado a vosotros, y me digan: ¿Cuál es su Nombre? ¿Qué les diré? 14 Dijo Elohim a Moisés: YO SERÉ EL QUE SERÉ. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: YO SERÉ me ha enviado a vosotros. (Biblia Textual IV edición).

Teniendo en consideración este pasaje bíblico en dos traducciones, leamos, ahora, una definición que el Diccionario Teológico Illustrado nos ofrece, respecto a la palabra existencia:

Este vocablo entró en el cast. a fines del siglo XV y procede del lat. exsístere = salir, aparecer, deriv. de sístere = colocar. Por tanto, el significado propiamente dicho del vb. cast. existir es «brotar en un momento determinado y aparecer colocado en un espacio también determinado». Por esta razón, podríamos decir, sin incurrir en herejía: «Dios no existe», puesto que en Él no se cumple la definición de existir que acabo de dar. (Lacueva, 2001, pp. 276-277).

Como pudiste darte cuenta, entonces, la palabra existencia hace alusión a una persona o cosa que, en un momento y espacio determinados, apareció, comenzó a existir. Considerando esto y observando que en las Escrituras Dios se revela como antes del tiempo, espacio y materia (Gn. 1:1; Jn 1:1; Heb. 1:1-3), la definición de «existencia» no aplicaría a Él, pues "Él es antes de todas las cosas" (Col. 1:17) y Él es el causante de las aionas (eras, siglos, tiempos, universo, ref. vers. gr. Heb. 1:12 αἰῶνας). Es por esa razón que Dios no se revela al hombre como «el que existe», sino que se revela como «el que es», por eso dijo de Sí mismo: "YO SOY EL QUE SOY", o como tradujo la Biblia Textual, en su cuarta edición: "YO SERÉ EL QUE SERÉ". Ambas formas son válidas, pues Dios simplemente es y desde la eternidad (Yo Soy); pero además, el Ser infinitivo e insondable que va revelándonos paulatinamente lo que es (Yo seré el que seré). Así que, desde el conocimiento que Dios tiene de Sí mismo, nos da a entender que Él no comenzó a existir, sino que Él es desde siempre y desde la eternidad a la eternidad (1 Cr. 16:36; Sal. 106:48; Is. 57:17). Y esto quiere decir que Dios siempre ha sido y ha estado, es por esto que se revela al hombre como "YHVH El - Olam" (Gn. 21:33, BTX III), este nombre que se le revela a Abraham significa "Jehová Dios eterno" (Gn. 21:33, RV 1960). Notemos, por favor, «Dios Eterno», es decir, que no tiene principio ni fin, pues estos conceptos aplican a lo temporal, se encuentran implícitos en el tiempo y, Dios, es antes de los tiempos, es el causante de las aionas. El tiempo existe, pero Dios es; el espacio existe, pero Dios es; la materia existe, pero Dios es. Dios es el causante de lo que existe y Él no está limitado a ninguna de las propiedades de lo existente, pues Él trasnciende de lo que existe.


Con esto, terminamos este breve acercamiento con respecto a "Yo Soy" y la existencia. En el próximo artículo, si el Señor me permite escribirlo, trataremos sobre el asunto "El universo comenzó a existir". Amén, Dios bendiga Su santa y eterna palabra.


Si te fue de bendición y utilidad, te agredecería en gran manera que me ayudes a compartir este artículo con tus hermanos y amigos.


Hasta pronto.

 
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